No voy a admitir nada, nunca.
No quiero admitir que este otro trago es por ti Que es para olvidar que me siento así, Que este dolor en el pecho es real. No voy a admitir tampoco, ni siquiera ante mi misma lo mucho que me afecta, lo mucho que me importas. Lo mucho que me cala. Ni siquiera que me he convertido en esa persona que espera como pendeja un mensaje. Que revisa constantemente el celular, no vaya a ser que suene y no me de cuenta. Tampoco te voy a confesar la verdad, y que estas lágrimas, y estos gritos y estas sonrisas, y este júbilo falso es todo un engaño, o al menos es lo que me repito a mi misma. Tiene que serlo. Que no me muero por tocar tus manos, y sentir tu cuerpo, y besar tus labios. Y repito en mi mente todas las veces que pude haberlo hecho, y entonces me golpeo por idiota, por pendeja, por cobarde. Que no me da pavor si quiera pensarlo y entonces me retuerzo en mi propia ira. No voy a admitir que esa vez fui porque quería verte. Que no soy yo, y eres tú jugando este juego est...