Aquí donde ya no están.
Los espero siempre, con la mirada ardiente y el corazón en mano. Aquí donde ya no están y dejaron huella. Aquí donde sus risas siempre van a ser suyas. Los espero con las copas, y con todos los pendientes, las historias de vida, y las lágrimas incontrolables. Los espero con un nudo en la garganta. Esperando poder volverlos a tener entre mis brazos. Los espero algún día, y a todas horas. En el espacio de mi casa, de mi alma y de mi corazón. Con un tequila, sus tamales favoritos y esa música que tanto les gusta. Con una sonrisa y la esperanza de que puedan visitarnos al menos allá. Allá donde no podemos verlos, pero sabemos que están. Aquí donde los sentimos cerca y siempre. Allá donde nos recuerdan y nos ven caer y levantarnos constantemente. Aquí donde no están, pero siempre van a estar.